Muchos realizadores no tienen dudas de que la música o el audio, en general, tienen más peso que la propia imagen, y que el storytelling, en el proceso de creación de una pieza audiovisual. Desmontan, de esta manera, ese preconcepto de que en el vídeo lo que cuenta por encima de todo es la imagen. Prueba a ver un vídeo que te haya impactado, pero esta vez sin audio. Sentirás, seguramente, que esa misma pieza ya no conecta contigo de igual manera. Porque la música, los efectos sonoros o los sonidos en su totalidad, son esenciales para que tus vídeos generen un vínculo emocional con el público. Si utilizas estos recursos de forma eficaz ya tendrás mucho ganado.

Hay técnicas muy efectivas que le dan al sonido el protagonismo principal en la producción de los vídeos, si las aplicas los potencias. Elige la música para vídeos antes de comenzar a editar la primera de las imágenes que vas a utilizar. Porque tiene que ser esa canción o esa banda sonora que hayas elegido la que marque el ritmo de tu vídeo. El espectador tiene que percibir que las imágenes fluyen al mismo ritmo que la música.

Las variaciones melódicas, los tonos musicales, las pausas, los sonidos ambientales, todo tiene que estar reflejado o proyectado en la secuencia visual. Con esta técnica son tus imágenes las que se adaptan o las que trabajas para ponerlas en función de lo que propone la música. Un recurso muy efectivo, pero sobre todo accesible.

Porque la música para vídeos es muy sencilla de conseguir, puedes descargar música gratuitamente y de forma legal desde varias plataformas digitales, como Vimeo, o desde Youtube mismo.

Lo que hace trascender a un vídeo es su capacidad de conectar con el público, de transmitir emociones, el espectador debe tener la sensación de sentir el viento, el ruido de las olas o el murmullo cercano de la gente que le muestras. Ese encanto se consigue si la música y los sonidos del ambiente están bien integrados a las imágenes de la historia que cuentas.

¿Cómo seleccionar música para vídeos?

El tipo de vídeo que realices marca las características de la música que necesitas. Si se trata de uno para mostrar un producto o explicar un servicio suele funcionar mejor una música instrumental, algo animada pero que pase un poco desapercibida, que no distraiga la atención del espectador. En cambio, si realizas un vídeo corporativo en el que narras una historia, por ejemplo la de la empresa, expresas valores o cuentas hechos que la describen o que evocan sentimientos, una canción que transmita emociones potenciará el mensaje. Por ejemplo, una música épica puede reforzar imágenes o palabras que connotan superación o esfuerzo, y si esos valores están identificados en la marca, el vídeo llegará de manera más eficaz al público.

Saber elegir música para vídeos, tener esa habilidad para seleccionarla, aumenta notablemente la posibilidad de crear un vídeo que genere un gran impacto. Y no solo la música, los sonidos en general tienen la capacidad de dar más realismo al vídeo, de optimizar las sensaciones del espectador, de reforzar el clímax. Una voz en off, muy bien escogida, es también un recurso muy potente para un vídeo. Esa voz ausente en la imagen pero de gran presencia en el discurso, que narra una historia bien planteada, no solo refuerza la pieza audiovisual sino que también puede darle identidad a tu marca, si la utilizas en todos tus vídeos que requieran de una voz en off.

La música para vídeos, y el sonido en general, tiene un rol determinante en cualquier audiovisual, porque genera ritmo, marca pausas, refuerza momentos y emociones, cautiva, impacta, y hace, en definitiva, que tu vídeo llegue al público con más eficacia.

 

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