El mundo de la comunicación es enormemente dinámico. La era digital está revolucionando rápida y constantemente los hábitos y el comportamiento de las personas y modificando las relaciones entre ellas. Como parte de este entramado, el marketing digital también necesita reinventarse y redefinirse casi diariamente para adaptarse a este escenario y evolucionar con él. Por ello, a menudo aparecen nuevos conceptos en este ámbito. Uno de ellos es el de inbound marketing.
El inbound marketing es un conjunto de técnicas que responden a la necesidad de las marcas de adaptarse a un contexto nuevo en el que los usuarios ya no tienen una actitud pasiva y no toleran las interrupciones publicitarias. El problema no está necesariamente en la publicidad, en las marcas ni en los productos en sí mismos, sino en la forma que tienen estos de conectar con el cliente; el cómo por delante del qué. El usuario de las nuevas tecnologías digitales es activo, dinámico, quiere interactuar con su entorno y tomar decisiones. Quiere ser él quien encuentre la marca que necesita de forma consciente, activa y consentida y no permite que sea ésta la que irrumpa en su ambiente de forma intrusiva como han hecho hasta ahora las técnicas tradicionales (outbound marketing). Por tanto, estamos hablando de una nueva filosofía de marketing con una nueva metodología.
Teniendo en cuenta que el consumidor está cada vez más inmerso en el mundo digital, esta estrategia se hace indispensable para cualquier modelo de negocio. Las empresas deben empezar a atraer a sus clientes en lugar de perseguirlos, producir contenidos atractivos en lugar de disparar a discreción. Para ello, el inbound marketing se apoya principalmente en tres conceptos: Contenidos, Social Media y SEO, que trabajan de forma integrada con el objetivo de conseguir una mayor visibilidad, generar leads, fidelizar y mejorar la reputación de una marca. Si queremos llevar a cabo una buena estrategia de inbound marketing debemos analizar a nuestros clientes potenciales, averiguar qué contenidos les interesan (vídeos, artículos, fotos…), producirlos y posicionarlos en los lugares que frecuenta. Cuando la audiencia haya encontrado nuestros contenidos debemos redirigirlos y atraerlos hacia nuestra página (conversión) para generar leads. De esta forma podremos conseguir clientes y prescriptores de una forma natural, no intrusiva e, incluso, agradable; sin duda mejoraremos nuestra imagen de marca, aumentaremos las ventas y fidelizaremos mucho más a nuestra audiencia.
El permission marketing, que aboga por el consentimiento del consumidor para continuar con el proceso de venta, o el marketing relacional, esencial para la fidelización, ya fueron apuntando por este camino a lo largo del siglo XX pero fue en 2005 cuando se sistematizaron todas estas técnicas, se aplicaron al mundo de internet y se acuñó el concepto inbound marketing de la mano de Brian Halligan y Dharmesh Shah, fundadores de Hubspot, junto con el publicista y escritor David Meerman Scott. En 2009, publicaron el libro The New Rules for Marketing and PR y, tras una excelente campaña impulsada por los autores, se estableció definitivamente el inbound marketing como una de las técnicas más eficaces. No ha tardado en implantarse de forma masiva.
Las empresas deben ser conscientes de los cambios que se están produciendo no sólo en el mundo de la comunicación sino también en la mente y el comportamiento de los consumidores. Las técnicas tradicionales de publicidad, además de ser absurdamente caras, ya no tienen el efecto de antes; cada vez les cuesta más encajar en la sociedad actual. Aquellas empresas que no sean capaces de entender al nuevo consumidor y de adaptarse a sus normas lo van a tener muy difícil en el siglo XXI.
Os dejamos una animación muy divertida sobre el inbound marketing.